martes, 25 de junio de 2013

Reconversión veraniega

Por fin, y a duras penas, ha llegado el verano, y en Websquefuncionan nos hallamos en pleno proceso de reestructuración aprovechando la tranquilidad de las vacaciones y el buen tiempo. En unas semanas tendremos un nuevo nombre y una reconducción de los objetivos de la empresa.

Hemos fortalecido nuestra unión estratégica con RQR Comunicación y queremos dedicarnos de forma más exclusiva a proyectos web originales y diferentes, a webs que no sean como el 90% de las webs. Ya no se trata sólo de que funcionen, sino de que sirvan a proyectos únicos y diferenciados.

Sé que la mayor parte de este negocio gira en torno a las plantillas y a su evidente ahorro en costes. Hay algunas empresas que se han hecho verdaderamente de oro haciendo páginas web como roscas, por cientos y por miles. El resultado es visible: hay muchas administraciones, organizaciones y empresas con su web, pero su utilidad es más que dudosa, y de su calidad gráfica (y por lo tanto su capacidad comunicativa) mejor no hablar. El fenómeno podría compararse con una oficina que ha contratado empleados para que calienten sus sillas. Muchas páginas web calientan la silla del dominio correspondiente, es decir, "están", pero no hacen nada útil.

Por desgracia, muchos conceptos relacionados con Internet siguen estando muy confusos en la mayoría del empresariado y los profesionales españoles. Hay mucha información en el ambiente, es decir, en la calle (sobrinos, cuñados, amigos y demás) y en Google, pero la información está organizada de manera caótica. Así, muchos clientes creen que tienen claro lo que quieren hacer y no se dejan aconsejar. Han oído conceptos sueltos y los quieren todos. Otros se hallan limitados por el precio y por su presupuesto. Habiendo páginas a 200 euros, ¿para qué me voy a gastar 1.500?
Por desgracia, las respuestas a estas preguntas se hacen evidentes a posteriori, y lo barato sale caro al tener que rehacerlo.
¿Quiere esto decir que una buena página es garantía de éxito? En absoluto. La página web es un soporte más y una estrategia concreta. Si todos los demás elementos del negocio no están bien engarzados, si no hay difusión, movimiento, innovación, comunicación, etc., la página puede no servir para mucho. O si el producto es malo o está mal enfocado, el resultado también es nulo.

Uno de los debates dentro de WQF es cómo hacer los presupuestos. A veces nos esforzamos en dar mucha información en ellos que el cliente puede no saber asimilar o comprender. ¿Y a usted? ¿Cómo le gustaría que fuese el presupuesto de su página web?


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